Hace unos doce años, Stephen Walt (Theory and Policy in International Relations: Some
Personal Reflections by Stephen M. Walt — Yale Journal of International Affairs), publicó un
artículo en el Yale Journal of International Affairs que llevó a los lectores a preguntarse por
qué los políticos nos escuchaban tan poco. Cuestionó el papel de las teorías de las
Relaciones Internacionales en los procesos políticos, las limitaciones de las teorías, nuestro
lenguaje truncado y lleno de conjeturas que simplemente no coinciden ni dialogan con todas
las urgencias estructurantes de los contextos políticos nacionales e internacionales. Al
mismo tiempo, Walt propuso un conjunto de cambios en las actitudes de los intelectuales
para que fueran tenidos en cuenta por los políticos electos y por los gestores de la política
exterior.
Ellos serían:
a) dar mayor peso al impacto en el mundo real en el desarrollo de las decisiones;
b) fomentar las asociaciones profesionales de respetable impacto público;
c) Facilitar a los jóvenes intelectuales una mayor experiencia política;
d) involucrar a los políticos en los procesos de investigación;
e) convencer a la administración universitaria de que valore las contribuciones al
mundo real;
f) Ampliar la discusión sobre la ética y la responsabilidad académica.
Muhammad Yunus, ganador del Premio Nobel de la Paz en 2006, por crear un banco de
microcréditos para los pobres, cuyo resultado fue el intento de revertir la feminización de la
pobreza, considerando que casi el 98% de los prestatarios de microcréditos de sus bancos
fueron mujeres que terminaron convirtiéndose también en accionistas, fue aclamado por los
líderes estudiantes que protestaban contra el gobierno de la ex-primera ministra bangladesí
Sheikh Hasina.
Escenario de pobreza crónica y semi-esclavitud en Bangladesh
Con la prohibición legal de sindicalizar a los trabajadores y la exportación masiva de sus
trabajadores hacia las super metrópolis de Oriente Medio, como Abu Dhabi y Dubai, y un
salario mínimo por debajo de cien dólares estadounidenses, Bangladesh se ha convertido
en el principal productor de varios productos sostenibles de la cadena Walmart,
especialmente los elaborados a base de yute, abundante en el país. Al no ser artículos
industrializados, añaden mayor valor de mercado, especialmente para el mercado verde.
Porque se venden a bajo costo, hace que la marca Walmart sea sostenible y competitiva
con las demás competidores en el mercado mundial. Sin embargo, la sobreexplotación
suele alcanzar un nivel física y mental de los trabajadores y, en la mayoría de los casos,
provocar una explosión general.
¿Tendrá la administración de Yunus el coraje de levantar a los trabajadores de Bangladesh
a un nivel mínimo aceptable de explotación, devolver las reservas bangladesí y reunir a la
diáspora semi esclavizada de todo el mundo para la construcción de una plataforma unitaria
de lucha y la superación de las contradicciones del capitalismo; ¿O no deberíamos exigir o
esperar tanto de los intelectuales?
Si los intelectuales deben librarse de las críticas cuando asumen la dirección de la
política nacional, ¿cómo resolver la cuestión propuesta por el profesor Walt? Si, por
un lado, tenemos estudiantes involucrados en política que rogan por el ascenso de un
intelectual al poder, ¿Bangladesh tiene todo para tener éxito o se necesitarán activistas
estudiantiles, el propio Yunus, la vieja guardia de la política bangladesí, las
corporaciones internacionales y los gobiernos extranjeros que se benefician de la
extrema pobreza de Bangladesh para poder resolver sus fuertes contradicciones
estructurales dentro de la política interna?
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