La muerte de Shukr e Ismail Haniyeh , líderes de Hamás y Hezbollah respectivamente, ha colocado a Irán en una línea de confrontación contra Israel. Lo que sería una señal del fin de la Guerra entre Israel y Hamás acabó agravando el conflicto bilateral, ya que Ismail fue asesinado en la capital de Irán, Teherán, poco después de su presencia en la toma de posesión del nuevo presidente de Irán, Masoud Pezeshkian . Ali Jamenei , líder supremo de Irán, interpretó el inesperado ataque no sólo como una agresión contra un aliado estratégico de Irán, sino un ataque directo a su país, por el que prometió represalias contra Israel.
Mientras tanto, personas, países y ONG estaban preocupados por el verdadero objetivo de Israel con la Guerra, ya que Ismail era el principal negociador de un posible alto el fuego entre Hamás e Israel. Con su muerte, el alto el fuego estuvo aún más lejos de convertirse en realidad.
Lo que sí se sabe es que el fin de la guerra aún está lejos. Esta falta de definición crea angustia tanto para los rehenes de Hamás y sus familias como para los palestinos que sufren la implacable cruzada de Israel.
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